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Ted Bundy
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24/11/1946 - 24/01/1989
42 años
Nació
Burlington, Vermont (Estados Unidos)
Falleció
Starke, Florida (Estados Unidos)
Categoría
Otras
Causa
Pena de muerte
Biografía
Fue un asesino en serie de mujeres. Los analistas estiman que el número de sus víctimas podría rondar las cien mujeres, muy lejos de los números oficiales de alrededor de treinta y seis.
Bundy cometió su primer error el 8 de noviembre de 1974, cuando se acercó a Carol DaRonch en el Fashion Place Mall en Murray, Utah. Haciéndose pasar por un oficial de policía le informó que habían intentado robar su coche. DeRonch subió al auto de Bundy bajo la creencia errónea de que iban a una comisaría para presentar un informe. Después de detener abruptamente el coche Bundy sacó una pistola y le esposó una muñeca. Ella luchó y consiguió apartarse antes de que Bundy pudiera fijar el otro extremo de las esposas. Ella lo golpeó en la cara y salió corriendo. Consiguió que un motorista que pasaba la llevara a la policía.
En la comisaría, Carol narró lo sucedido y así se obtuvo la descripción del hombre, del vehículo y el tipo de sangre del atacante.
Esa misma noche (8 de noviembre), Debby Kent, de 17 años, desapareció del aparcamiento del instituto Viewmont, donde había acudido junto a sus padres a ver una obra de teatro. Los familiares preocupados por la tardanza de Debby llamaron a la policía que tras una búsqueda por el estacionamiento encontraron la llave de un par de esposas. La llave pertenecía a las esposas con las que, horas antes, se había presentado Carol DeRonch en la estación de policía.
La directora de la obra de teatro, Jean Graham, declaró que durante la actuación un hombre de aspecto parecido al del sospechoso le había solicitado que lo acompañara al aparcamiento para identificar un vehículo, pero ella se había negado porque estaba ocupada con la obra.
Casi un mes después de ocurridos los hechos, un hombre llamó a la policía para informar de que la noche de la desaparición de Debby había visto salir precipitadamente un Volkswagen de color claro del estacionamiento de la escuela.Debido al retrato hablado del asesino, una amiga cercana de Meg Anders lo reconoció como Ted Bundy. Meg Anders también llamó de manera anónima a la policía sugiriendo que su novio podría tener algo que ver con las muertes. A pesar de que se facilitaron fotos recientes de Bundy a la policía, los testigos fallaron al hacer la correspondiente identificación. La policía desechó esa pista para enfocarse en otros informes. La atención hacia Ted Bundy se disipó hasta algunos años más tarde.
Bundy adoptó la estrategia de trasladarse de un estado a otro para evitar que la policía descubriera sus patrones. Con el pasar del tiempo sus ataques se volvieron cada vez más erráticos y temerarios. Algunas de sus víctimas se convirtieron en testigos, lo que más tarde harían posible el enjuiciamiento de Bundy.
El 16 de agosto de 1975 un patrullero detuvo un Volkswagen para comprobar su matrícula. El sospechoso se dio a la fuga siendo detenido poco después. En el auto se encontró una palanca de metal, esposas, cinta y otros objetos que dieron inicio a una investigación a gran escala en torno a un hombre: Theodore Robert Bundy.Nada fue fácil con Bundy y su ejecución no sería diferente. Siguió proclamando su inocencia y metódicamente agotó sus apelaciones. Representándose a sí mismo obtuvo numerosos retrasos a la ejecución la primera siendo el 4 de marzo de 1986, incluyendo unos quince minutos antes de la hora programada para morir el 2 de julio de 1986, y otro el 18 de noviembre a tan sólo siete horas de la ejecución.
Este criminal usaba y abusaba de su encanto personal, y no dudó en utilizar esta capacidad en su lucha por retrasar su final. Resaltando tal rasgo el criminólogo Robert Ressler estima que Bundy se favoreció pues la prensa interpretó mal aquel encanto personal. Señala que, al contrario de la imagen que de él brindaban los medios de difusión, este delincuente no era "el Rodolfo Valentino de los asesinos en serie, sino un hombre brutal, sádico y pervertido".
Buscando aplazar el cumplimiento de su sentencia le confesó al doctor Bob Keppel, jefe de investigadores del Departamento de Justicia de Washington con quién había colaborado tiempo atrás en la búsqueda de Gary Ridgway (asesino en serie conocido como The Green River Killer), algunos de los lugares en donde guardaba los restos de unas cuantas de sus víctimas. En su casa fueron descubiertas algunas de las cabezas de sus víctimas. La conducta de Bundy fue catalogada como perversión y compulsión necrofílica.
El 17 de enero de 1989, obtuvo la fecha definitiva: Iba a ser ejecutado una semana después. Bundy no había terminado su lucha para evitar la muerte y trató de mantener sus confesiones como cebo para, así, obtener más tiempo. Él y sus abogados pidieron una prórroga de tres años para que confesara los demás asesinatos. También trató de coaccionar a los familiares de sus víctimas para que solicitaran a la corte que le otorgaran más tiempo para poder confesar. A pesar de no conocerse el paradero de muchas de las víctimas, todas las familias se negaron.
Mientras permaneció encerrado trató de diferir al máximo la fecha de su ejecución y pretendió haber perpetrado más cantidad de asesinatos, inventando detalles y proporcionando datos inconexos para así ganar tiempo con las reconstrucciones y búsquedas. Llegó al colmo de proponer ayudar a las autoridades a detener a otros asesinos en serie, aprovechando que por aquel entonces hacía estragos el llamado "caso de los crímenes del río verde", otra secuencia de muertes violentas que tuvo por objeto a prostitutas.
Considerando esta actitud, aquellos que estudiaron la personalidad delictiva de este homicida serial destacaron que se trataba de un mentiroso compulsivo que tuvo la osadía, una vez cercana la hora de su ejecución de tratar de demorar el momento de la misma intentando engatusar a la Policía y al FBI prometiendo la confesión de todos los crímenes que había cometido.
Bundy celebró una maratón de entrevistas y confesiones durante sus últimos días aunque nunca estuvo dispuesto a admitir todo, especialmente los asesinatos de algunas de las víctimas más jóvenes. En su último día llamó a su madre y rechazó su última comida. Fue electrocutado el 24 de enero de 1989 y declarado muerto a las 07:16 de la mañana.
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